lunes, 25 de abril de 2016

Veni, vidi, vici.

"Porqué falsear, si ser uno es ganar..." Almafuerte.


Soy día claro y nubarrón en tinieblas,
Soy tea divina, encendidamente pura,
Que alumbra las rutas
Que al infinito conducen.
Soy roca prostituída
Por la mar inclemente,
Soy de la extirpe
De los condenados a Cien años de soledad,
Soy la boca del ogro
Y la tempestad de sirenas.
 Soy el sonido
De una voz perpetua
Que aclama dichas
Que jamás persiguió.
Soy el crimen perfecto
Que quisieron asesinos y reyes presumibles,
Tan benditamente agraciado,
Tan malditamente consumido.
 Soy la torre que domina
Campanarios y plazas,
Llanos y praderas, cipreses y molinos.
Soy desenfreno a la cordura,
Devota de la razón
Y misterio ambarino
Que habita en suburbios paralelos.
Soy estólido dolor
-Mediocridad por no perder temores-,
Soy ignota ciencia
Que profesa el mal
A la vez que busca el bien.
 Soy no creyente
De las materias humanas,
Atea declarada
Que pecaminosamente se arroja a su dios,
Compareciendo cual lacra
Bajo el peso insidioso
De los años gatillados.
Soy promesa de un viejo estío,
Voluta de aire sumergida en sopor,
Clamor de la esperanza
Y tristeza de fiebres.
 Soy la inmensa duda,
La astral sospecha,
Soy el labio tembloroso,
Mi peor afrenta,
Soy erudita en libros
E ignorante en amapolas.
Soy color rojo y púrpura,
Valiente en la batalla
Y cobarde en la meta.
Soy la princesa que no quiere ser rescatada.
Soy Dafne huyendo de Apolo,
Soy aquella hoja de laurel que, leve, mece el viento.



(2012)

Título: En latín Vine, vi, vencí. Frase utilizada por Julio César en la Roma antigua.





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