lunes, 28 de marzo de 2016

Johnny

Johnny está en su cuarto, mira el techo, las paredes vacías. Llora. Llora y se masturba. Con la mirada fija en el techo. Eyaculación.  Las manos se le llenan de semen. Se las mira, chorrean. Empapa todo de lágrimas. Se le retuercen las tripas. Dolor.
Johnny va al baño, se lava, con una toalla gris se seca el llanto. Baja a la cocina, no sabe qué hacer. Abre la heladera, toma una cerveza, la destapa, se la traga. Más líquido. Deja el envase vacío. Vuelve a su cuarto. Todo está oscuro. Se tira de nuevo en la cama y le da play al equipo: suena estridentemente Nirvana. Dentro de él, un mar de silencio. La música no logra tapar sus ideas. Piensa.
Johnny se mete la mano en el pantalón, toca su flácido pene. Y piensa.
Johnny está en estado de inercia, inútil, tan inútil como su flácido pene.
Johnny ya no quiere pensar.
Johnny  ya no quiere.
Johnny, ya no.

"Cargás con la madre de todas las resacas..."
Te estás quedando sin...-Indio.



2011.


(Inspirada por un libro de Martín Amis, y por todos los que viven esto día a día, en su más tortuoso silencio..).

lunes, 7 de marzo de 2016

Autrefois acquit.

"Soy el único que te mira a los ojos,
El único que está contigo cuando estás solo,
El que sabe lo que es estar en tu pellejo,
Mírame cuando te hablo, habla tu espejo.
Soy el único que aguanta tu mirada sin vacilación
Soy el único que está contigo cuando todo terminó,
El único que ve lo que no quieres mostrar."
 Habla Tu Espejo- El cuarteto de Nos.


Soy igual a ti
Que podría reprocharte,
Soy del mismo lodo moldeada
Con las mismas hediondas garras
Que a ti te dieron vida.
Soy igual a ti
Sólo que tú tienes el valor
Y yo tengo la moral aplastada
En las soberanas manos
De la negligencia.
Soy igual a ti,
Profiriendo las mismas palabras,
Soy de tu misma materia,
Errante, despojada de un tributo
Que otros tendrán
Mas yo no lo siento.
 Soy igual a ti
Y no me arrodillo
No me desamparo, no me despojo
Y no me tiembla la voz al decirlo.
¿Qué habría yo de decirte ahora?
No te disculparé las manchas
Y a mí que me perdone
La ignota ciencia
Que al hombre pecador devora.
Soy igual a ti
Y ahora lo sé,
Ahora por fin lo veo,
Me vi frente al espejo de la saciedad
Y sólo vi la sombra de alguien que huyó
Menospreciado ya, de no sentir nada.
 Soy igual a ti
Y no lo repudio
Y lo canto en estas líneas
Conmemorando el instante exacto
En que, salvaje, me pierdo
En mis carencias de mujer.
Soy igual a ti, ser alto y supremo,
Soy igual a ti
En la cuenta de los días.
Y si hubiera un dios
Al mismo erebo nos mandaría
Apostrofados ya,
Con la palabra grave
Que Ellos, los otros,
Jamás nos dijeron.
 Soy igual a ti
Y ya no lo lamento
Que lo lamente el cemento
Aquel que todo lo calla
Y que en sus entrañas secas
Guarda de mis pasos
Las glorias y lo funesto.
Soy igual a ti
Y aquí me revelo,
Cual juego maquiavélico
Que rodando encontró
Su mano hacedora.
Y de lo que quede
Para mí sólo guardo las sobras.
Y ante el sacro tribunal del error
No clamaré piedad
Y no gritaré ¡qué deshonor!
Soy igual a ti
Pero tú tienes al valor

Y yo sólo tengo el dolor.




Soy el demonio que perdona y el hombre que busca venganza,
soy la verdad que no me alivia, soy la mentira que buscaba,
soy un cobarde inofensivo cuando la libertad me abraza,
soy un león enfurecido cuando me encuentro en una jaula.
Yo soy la sequía, también la inundación, 
yo soy la presa que huye, también el cazador;
el que te hace daño cuando te llena de amor…
la guerra, la paz, la furia y la calma...
la guerra, la paz, la furia y la calma...
Soy tu espejo- RS. 




13/11/12.




Título: Un acusado, además de declararse inocente o culpable, puede manifestar autrefois acquit (en francés: Ya he sido exculpado) si ya ha sido encontrado inocente en un juicio previo. No dos veces por lo mismo. Wikipedia.


Tu máscara de león se hace añicos.

Quien pega primero, dicen, pega más fuerte.
Pero no olvides, que quien ríe último,
Ríe mejor,
Y que una batalla,

NO ES LA GUERRA.


Aullaré tu nombre al cielo...

Alquilo vómitos.

Tu ego te hincha y te pone gordito. Muy peligrosas pueden ser las personas como vos, que se creen con la vaca atada, al poste en donde rascan su sarna.
Tu ego no te da eso que tanto querés y que como loco buscás. Tus pequeños logros, de hombre mediocre, nunca te llenarán ni las tripas.
Tus antojos de Súper-macho no te llenarán más que el agujero de la muela y de una cama solitaria, arrugada y sin nadie cerca, a quien llorarle las miserias.
Pagarán con lodo quienes te quieran. Sos ave de rapiña, perro viejo y callejero, acostumbrado siempre a morder.  Te balanceás con tus botellas de la paga mensual, siempre afiebrado por matarte un poco más ¿A quién tanto así, querés lastimar?
Marioneta estúpida del más vil sistema, creés romper las reglas, pero a vos te van a romper la cabeza. Chorreás sangre por la nariz y no admitís ni un pecado. Sangre sin suerte que no lograste, nunca, dimitir.
Tu ego ancho no es más que la desidia de un pobre gil que no logró ponerse en pie. Que jamás pudo mirar de verdad más allá de sus narices. Chapaleás el barro con la misma indolencia con que te jactás de él. Macho analfabeto que no puede siquiera amparar a la mano que lo acaricia. Tu soberbia de tigre te llevará a la tumba, aquella que nadie llorará, porque todos a quiénes te acercás, terminás por lastimar. La lujuria te exprimirá tus pelotas tristes. Minitas sin pudor desandarán tus huesos míseros y profanos. Y aquella, a la que más deseás, será la que al abismo, te pateará. Con el culo al norte, en una triste zanja, vas a terminar, pidiéndole a la luna que alguien, al menos, te sirva un puto té.
Aires de seudo dios romano, Hércules bólido, que en el fondo llora como nene chiquito implorando los brazos de mamá. Y papá viene con el cinto a herrumbrarte tus sueños de ganador.
Merodeás por las noches, matando el tiempo, buscando a ése que te dé más remedio del mal. Y te escondés de la hembra de turno, por saberte siempre errado, incestuoso, mal armado; torturado por la llama que vos mismo atizás.
Ego de pobre hombre que se devora a sí mismo, cantando tu propio réquiem, frente a la fosa desnuda de todo lo que destruís.

Sólo deseo que cuando muerto, tus cenizas sin rumbo, no rocen siquiera, la fértil tierra que aquí pisamos.

"Your ego cursed you till you bled..."
Crucify the dead. Ozzy- Slash.




2016.

miércoles, 2 de marzo de 2016

Yo también quiero comer banana en el tren.

Si con una pollera corta  me subo a un taxi, de noche y en estado de semi ebriedad, y el taxista, en vez de ser un señor cualquiera, que se gana el pan como cualquier otro, decide violarme, dirán que YO me lo busqué. Dirán que YO tuve la culpa. Que YO me tendría que haber dado cuenta. Que las mujeres no deben hacer eso. Que YO no debía hacerlo.
La ocasión no hace al violador, al agresor, al violento, al asesino. El que lo es, LO ES: yo NO soy su excusa.
No se trata de demonizar al hombre como género. Repito, el violador ya es violador. No se trata de machismo, el machismo es una forma de pensar (por demás alimentada por las propias mujeres, vale decirlo), pero ser machista no te hace violador, abusador, golpeador, asesino. El ser machista, aun con lo malo que eso implica, no puede justificar nunca una sola muerte, un solo caso de abuso.
Y sí, quiero salir a la calle tranquila. Pero ante todo quiero respeto. Y en primera instancia, el respeto de mis congéneres. Somos las primeras en criticar a las demás mujeres; que es una puta, que es una reventada, que algo hizo, que mirá cómo se viste, mirá cómo le habla a aquel, que se acostó con unos cuantos, que se metió con un casado, que cómo va a hacer todo eso sola, que porqué no quiere tener hijos, que porqué los tuvo, que lo hizo para “engancharlo”, que no cuida al marido, etc., etc.  Pido primero el respeto de las otras mujeres. Para que entonces nuestro pedido de respeto hacia la sociedad no sea hipócrita, y sea en conjunto, no unas cuantas voces, sino una gran voz, un gran alarido que deje mudos a los hoy nos gritan.
Me visto cómo más me guste, si muestro mi cuerpo es porque gusto de él y lo muestro orgullosa, con quien me acueste o deje de acostarme es puramente MI asunto, lo que haga o deje de hacer es mi decisión: ni vos, ni la religión, ni el gobierno, ni tus padres, ni los míos, ni tus valores, ni tus insignias, ni la opinión pública, ni la moda, nadie ni nada, deciden en mi cuerpo, en mi mente. YO soy mi potestad. Y tengo el derecho de vivir, al igual que vos, como quiera hacerlo. No quiero que me culpen por  los asesinos, los violentos, los abusadores. No quiero que me culpen por no ser lo que otros (absurdamente) esperaron de mí. Tengo el mismo derecho que vos A SER.
Mirémonos primero entre nosotras. Nos venden el cuerpo perfecto (y lo creemos) porque el único cuerpo real que vemos de verdad, es el nuestro propio. Dejémonos de criticarnos y de alimentar el pensamiento machista, empecemos a unirnos de verdad, porque se sabe: “divide y reinarás”. Y estuvimos ya mucho tiempo divididas, por nimiedades, por cosas superfluas. Es hora de unirnos, no en contra de los hombres, sino para defender, con nuestros  fuertes ovarios, todos esos derechos que nos arrancaron, que no nos quieren dar, que nos dan a medias, que nos sacan y nos quitan una y otra vez. Por cada una que no llega a casa, por cada ojo morado, por cada cadáver femenino encontrado, por cada atropello a nuestras decisiones, por cada prejuicio, debe haber cientos de nosotras velando por la justicia, por el derecho de ser ser humanos.
Si le pegan a una, nos pegan a todas. Porque en esa impotencia de ésa mujer, caben todas nuestras impotencias. Ese tipo que te hizo eso que aún no sabías qué era cuando pequeña, ese pibe que te acorraló y te tocó dónde no querías ser tocada, ese noviecito que se enojó y te tiró contra la pared, ese auto que te siguió cuando volvías a casa de noche, esas tantas veces que quisiste gritar y no pudiste, todas esas veces que te diste cuenta que un hombre te gana en fuerza. Todas esas veces que quisiste putear y tampoco  pudiste, porque sabías que si lo hacías era peor. Todas esas veces que dejaste, o dejarás, con intranquilidad a tu hija en la escuela. Todas esas veces que le enseñarás que no se tiene que dejar tocar.
En la impotencia de una sola cabe la de todas. Una vida vale por todas. Por cada violador hay varias víctimas, por cada enfermo que sale a la calle hay muchas que lo padecen.
Porque a mí también me quisieron subir a un auto con supuestas ofertas laborales, porque yo también tuve que ver hombres que me mostraran su miembro en plena calle cuando yo no quería verlo. Porque a mí también me tocaron dónde no quería y cuándo no quería, porque a mí también me empujaron contra el suelo, porque a mí también me dicen ordinarieces en la calle acompañada de quién sea, haciéndome sentir  a MÍ la vergüenza, porque a mí también un auto me siguió, porque yo también me sentí  impotente y tuve miedo y tuve bronca y quise gritar, y no pude. Y quise putear y no pude. Y quise acercarme al policía de la esquina, pero él me dio más inseguridad. Y yo también temo por las niñas de hoy, mujeres del mañana. Porque a mí también me callaron muchas veces. Porque mis derechos también fueron pisoteados. Porque en ese trabajo no me llamaron porque estaba de novia y entonces me podía embarazar y entonces no les serviría, porque a mí también me quisieron ofrecer plata por sexo, porque a mi también me cosifican, me comparan, me critican.
Si no nos unimos y rompemos con estos paradigmas de justificar lo que pasa, no lograremos jamás pasar a la acción para condenarlo, castigarlo, y luego, recién, poder evitarlo.
Basta de tener miedo, basta de tener vergüenza, basta de callarnos, basta de dejarnos pisotear. Basta de no defendernos. Basta de justificar lo injustificable ¡Basta!

"...hoy te vas a querer
como nadie te ha sabido querer,
hoy vas a mirar pa’lante
que pa' atrás ya te dolió bastante.
Una mujer valiente, una mujer sonriente,
mira cómo pasa.
Hoy nació la mujer perfecta que esperaban,
ha roto sin pudores las reglas marcadas,
hoy ha calzado tacones para hacer sonar sus pasos,
hoy sabe que su vida nunca más será un fracaso...."
Ella-Bebe